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Fisioterapia

Importancia de la actividad física en la tercera edad

La etapa de la tercera edad en la vida de una persona comienza desde los 65 años. Esta denominación puede variar de acuerdo a la condición de salud, bienestar y el estado de ánimo. En algunos países latinoamericanos puede considerarse el inicio de este ciclo a partir de los 60 años.

Como en todas las etapas de nuestra vida, en la tercera edad debemos cuidarnos tanto en la salud física, como en la salud mental y socio-afectiva. La actividad física en la tercera edad puede ayudar a vivir una vida más sana, feliz independiente, siempre que se entrene con cuidado y prestando atención a las características físicas y las necesidades particulares de cada usuario.

Condición Física

De acuerdo a Shepard (1978), se puede definir la condición física saludable como ¨un estado dinámico de energía y vitalidad, que permite a las personas llevar a cabo tareas diarias habituales, disfrutar del tiempo de ocio activo, afrontar las emergencias imprevistas sin fatiga excesiva, a la vez que ayuda a evitar las enfermedades hipocinéticas  derivadas de la falta de actividad física, y a desarrollar el máximo de la capacidad intelectual y a experimentar plenamente la alegría de vivir¨.

También podríamos definirla como ¨el estado de control de una persona de su capacidad de fuerza, velocidad, resistencia, flexibilidad y coordinación¨.

La actividad física ofrece amplias posibilidades de ejercicios a realizar por los ancianos, desde la gimnasia  o ejercicios de acondicionamiento físico supervisados por un fisioterapeuta, practicar algún deporte, actividades al aire libre o en un medio acuático, clases de baile o una simple caminata diaria.

La selección de las actividades estará siempre sujeta a las posibilidades de los usuarios. Antes de proponer cualquier modalidad, es necesario llevar a cabo evaluación médica y análisis tanto de la actividad física a realizar como de la condición física de la persona  para determinar el tipo e intensidad del trabajo más adecuado o bien las adaptaciones que se necesitan, con el objetivo de evitar posible complicaciones físicas durante el desarrollo del programa de intervención.

Beneficios de la actividad física en la tercera edad

Implementar la actividad física como parte del estilo de vida en una persona adulta mayor permite obtener beneficios físicos como:

  • Mayor capacidad respiratoria.
  • Aumentar la fuerza, la resistencia y la flexibilidad.
  • Evitar envejecimiento prematuro, tanto interior (de los órganos) como exterior.
  • Disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión y la trombosis, así como problemas respiratorios y digestivos.
  • Prevenir atrofias, lesiones musculares y óseas, y mejorar la movilidad articular.
  • Mejorar las respuestas reflejas, la coordinación y el equilibrio, para reducir el riesgo de caídas.
  • Evita el sobrepeso.
  • Promueve una vida independiente.
  • Disminuye las visitas al médico.

 En cuanto a los beneficios cognitivos y socio-afectivos podemos citar los siguientes:

  • Mejora la autoestima.
  • Ejercita la memoria y la atención.
  • Previene trastornos asociados a alteraciones del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad.
  • Promueve las actividades en grupo, lo cual ayuda a sentirse integrado.

Referencias

Shephard, R. (1978). Physical Activity and Aging. Chicago. Year Book Medical Publishers.

Vidarte Claros, José Armando; Quintero Cruz, María Victoria; Herazo Beltrán, Yaneth. Efectos del Ejercicio físico en la Condición Física y funcional y la Estabilidad en Adultos Mayores. Revista Hacia la Promoción de la Salud, vol. 17, núm. 2, julio-diciembre, 2012, pp. 79-90 Universidad de Caldas

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Psicóloga Clínica y Fisioterapeuta, especializada en desarrollo de la psicomotricidad en niños con habilidades diferentes.

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