
¿Cómo controlar la ira?
La ira es una de las emociones consideradas básicas o primarias. En este artículo veremos qué es, sus funciones y recomendaciones sobre cómo controlar la ira en adultos y en niños.
Podríamos definir la ira como un estado emocional que consta de sensaciones subjetivas de tensión, enojo, irritación, furia o rabia y muchas veces frustración.
Esta emoción tiene características similares que están presentes en casi todas las especies y culturas y, además, presenta una manifestación expresiva universal, lo cual hace referencia a su utilidad adaptativa.
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Video sobre la ira
Te invito a ver este video sobre cómo controlar la ira o si prefieres puedes seguir leyendo más información debajo.
Funciones de la ira
Dentro de las principales funciones podemos citar:
- La auto-protección: protección y defensa de la integridad propia, como a la protección de nuestros seres queridos, de los bienes que poseemos, y nuestros principios y valores.
- La regulación interna y de comunicación social: la ira prepara al organismo para iniciar y mantener intensos niveles de activación focalizada y dirigida a una meta u objetivo. No obstante, la ira resulta altamente beneficiosa, puesto que proporciona la energía necesaria para llevar a cabo los pasos de recuperar el control perdido del entorno.
Pasos para controlar la ira

Por lo antes señalado la ira es una emoción que tiene sus beneficios pero debemos ser cuidadosos, pues cuando se sale de control puede ser altamente peligrosa ya que está estrechamente relacionada con la agresión. Además que puede provocar daños (emocionales o físicos) severos, tanto para la persona que experimenta el estado de ira como para quienes le rodean.
Por eso sugerimos tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
1. Tener una sana autoestima: ante una provocación, una persona que siente amor propio tendrá una menor probabilidad de responder con ira que una persona con problemas de autoestima. Fortalecer la relación contigo mismo ayudará a evitar respuestas de ira, por lo que se recomienda el entrenamiento en autovaloraciones positivas.
2. Recurrir a técnicas de relajación: un buen manejo de la respiración, ver imágenes o escuchar música que te relajen, hacer ejercicio físico, entre otros.
3. Mantener el enfoque en una actividad y no en la provocación: en ciertos momentos, se percibe un incidente como un desafío o enfrentamiento, lo que lleva a la persona a tomar decisiones en una dirección agresiva o defensiva, mientras que si se mantiene la atención en la tarea a realizar y los objetivos en los que se está trabajando en ese momento, se tomarán decisiones que conseguirán resolver el problema.
4. Identificar el ambiente y las señales que provocan ira: la percepción de que comienza a tenerse control sobre una situación en la que ha habido una provocación disminuye la probabilidad de experimentar ira e incrementa la probabilidad de que aparezcan conductas positivas de afrontamiento.
5. Reflexionar antes de hablar o actuar: no tomar decisiones apresuradas y evitar decir lo primero que venga a tu mente. Si necesitas un momento para calmarte y pensar mejor las cosas, las posibles soluciones fluirán mejor.
6. Desarrolla una comunicación asertiva: la persona con habilidades para responder de manera asertiva a la provocación tendrá una menor probabilidad de experimentar ira que aquella persona que fácilmente se deja contraponer a la provocación.
7. Expresa tus sentimientos después que el momento de ira haya pasado: para evitar futuros conflictos expresar cómo te sientes ayudará a manejar mejor la situación. Puedes también negociar y establecer límites sanos con respecto a las cosas que no te agradan.
¿Cómo controlar la ira en los niños?

En el caso de los niños (as) también puede ayudar que los padres, tutores y personal escolar desarrollen con ellos conductas sociales positivas mediante:
a) Aprendizaje de habilidades para hacer y mantener amigos.
b) Desarrollo de interacciones sociales placenteras y recreativas.
c) Incentivarlos con habilidades de expresión de opiniones y de escucha en la interacción.
d) Enseñar estrategias de autocontrol y regulación emocional: pararse a pensar antes de actuar, analizar con ellos las consecuencias de cada actuación y las posibles soluciones.
Si el manejo de la ira se sale de control, entonces es necesario buscar ayuda con un profesional de la salud mental, ya que dicha emoción a niveles altos y frecuentes puede impactar de manera negativa tanto la salud física como mental del individuo, así como su adaptabilidad social.
Referencias
Palmero, F. Guerrero Rodríguez, C. Gómez-Íñiguez, C. Carpi Ballester, A. Cons, “La ira y la agresión” 2009.
Pérez Nieto M. Redondo Delgado M. León L. “Aproximaciones a la emoción de ira: de la conceptualización a la intervención psicológica” Revista Electrónica de Motivación y Emoción 2008.


Un comentario
Maritza Rivera
Quisiera leer más artículos sobre cómo controlar la ira